El Cirujano de cabeza y cuello debe dar al cáncer de piel la importancia que tiene, por ser uno de los procesos malignos "más frecuentes".

La reconstrucción facial, por ser la cara una zona muy visible, obliga tanto al paciente como al cirujano a tomar decisiones conjuntas; aquél espera el mejor resultado posible con el aspecto más natural, mientras que el cirujano la resección completa del tumor sin que este principio sea incompatible con una reconstrucción cutánea facial lo más estética que se pueda. Para conseguirlo se debe emplear siempre el abordaje más simple pero también el más efectivo.

La mayoría de estos tumores son carcinomas de células basales (basocelulares) o de células escamosas (epidermoides o espinocelulares).

Los colgajos locales obtenidos de tejidos dadores de áreas próximas a la lesión son una buena solución para los problemas de reconstrucción facial. La piel, por lo general, presenta una coloración y textura parecidas a la zona extirpada, mientras que los injertos libres, aunque efectivos en algunos casos, no siempre "prenden", su aspecto es distinto al del área receptora y a diferencia de los colgajos locales pueden presentar retracción cicatricial.

Ambos procedimientos pueden realizarse sin ningún problema bajo anestesia local.

En el periodo comprendido entre Enero de 1998 y Enero de 2000, hemos intervenido 247 tumores malignos correspondientes a 212 pacientes. El total de colgajos que hemos realizado ha sido de 64.

Presentamos algunos tipos de colgajos locales, con imágenes del tallado, cierre del defecto, el aspecto que presenta a los 7 días y a los 2-3 meses, habiendo obtenido en la mayoría de los casos un buen resultado tanto estético como terapéutico.